martes, 16 de septiembre de 2014

El origen de la orden - Capitulo 8 "Forjando nuevas alianzas"



09-07-2014
07:48 PM

  • ¿Estas seguro de eso? — preguntaba la Reina.
  • Por supuesto, estoy mas que seguro — respondió el Mago.
  • De acuerdo... Pero... ¿Porque? — pregunto la Reina.
  • Confió en el — respondió el Mago —. Le tengo mucha confianza Reina... Y no tengo intenciones de permitir que le den la espalda si algo llegase a suceder.
  • Estoy consciente de eso... Pero no lo se Mago... No lo se... — decía la Reina en tono inseguro.
  • No tienes porque preocuparte, el ya conoce a el Verdugo y aunque este le destruyo una vez, se mantuvo firme con la Orden, se gano la confianza... Al menos la mía — dijo el Mago.
  • Aun no se ha ganado la mía... Pero el que tu confíes en el le da cierto nivel de mi confianza en la Orden — dijo la Reina —. ¿Que vas a hacer?
  • Forjare una alianza con el — respondió el Mago.
  • ¿Incluirás a alguien mas en ella? — pregunto la Reina.
  • Tal vez... Aunque no creo... La Alianza de los mensajes mágicos solo me incluye a mi y a el Emisario — respondió el Mago.
  • Entiendo... Pues tienen mi consentimiento — dijo la Reina.
  • De acuerdo... Que no se diga mas — dijo el Mago.
  • ¿Sabes? Aun me causa gracia el hecho de que hallan estado involucrados en un escándalo y ahora sean amigos... Jajajajajaja — dijo la Reina en tono gracioso.
  • Lo se... Jajajajaja... Pero confió en el, no te preocupes — dijo el Mago.
  • Ten cuidado Mago... Debemos tener muchísimo cuidado con lo que sea que vayamos a hacer de ahora en adelante... — dijo la Reina.
  • Todo va a estar bien Reina, confiar en el, es confiar en mi — dijo el Mago, sonriéndole a la Reina.

10-07-2014
07:13 PM

El Mago llego al centro comercial Regina, era el dia que había pautado con el Emisario para encontrarse con el, ambos tenían planeado verse, reunirse y forjar juntos una alianza, el Mago confiaba en el Emisario lo suficiente como para revelarle su identidad directamente, al igual que con el Caballero, el Mago sentía que el Emisario era una persona de confianza absoluta para el, a pesar de que ambos se habían involucrado en un escándalo que aun se mantenía encendido. El Mago se detuvo en la entrada a ver a todos los que se encontraban, sabia que no pasaría desapercibido así que suspiro y entro de una vez, dio 5 pasos tras subir las escaleras y de inmediato escucho un grito de alguien llamándolo por su nombre, el Mago esbozo una sonrisa y giro su cuerpo en dirección a el muchacho que le saludaba.

  • Eres tu en tus mejores momentos — saludaba cariñosamente el Mago a el otro individuo.
  • Jajajajaja... ¿Que mas? ¿Como esta todo? — respondió al saludo el individuo.
  • Pues todo bien, ¿y a ti, como te trata la vida? — pregunto el Mago.
  • Oye vale, pues todo fino gracias a dios, me alegro por ti mi hermanito, estabas perdido vale — respondió el individuo.
  • Tu sabes que este sitio no es lo mio... — dijo el Mago, haciendo referencia al centro comercial Regina.
  • Eso lo se — dijo el individuo en respuesta —. ¿Y eso, que haces aquí?
  • Negocios... Vine a una reunión de negocios... Nada mas que eso — respondió el Mago.
  • Jajajajaja... Ya me imagino que clase de negocios son jajajaja — dijo entre risas quien acompañaba a el Mago.
  • Jajajajaja... Pedro, Pedro... No has cambiado nada jajajajajajaja — dijo el Mago, riéndose abiertamente —. Saluda a Raúl de mi parte, ¡Au revoir!Amigo mio.
  • Por supuesto... Seguro amigo... Tu y tus bromas locas como siempre vale, jajajajajajaja — dijo en respuesta y despidiéndose de el Mago, Pedro Miranda.

El Mago subió las escaleras rumbo al primer piso y se compro una barquilla, comenzó a saborearla mientras veía a un par de chicas rubias caminar muy cerca de el, sonrió al reconocer a una de ellas y les siguió entre uno de los pasillos, una de las chicas entro a una tienda y la otra quedo afuera, la chica que se quedo afuera era aquella a la que el Mago había reconocido, el Mago se paro al lado de la chica mientras continuaba comiéndose su barquilla, la chica se agacho a acariciar a un pequeño cachorro y el Mago le hablo.

  • Linda Fabiana... ¿Siempre eres así de tierna? — pregunto el Mago —. Te juro que solía pensar que eso era solo en tu cara.
  • ¿Dices que soy tierna de cara? — pregunto la chica sin girarse.
  • Hermosa de cara y tierna... Yo diría que si, tal vez un poco — respondió el Mago.
  • Tu casi nunca vienes... ¿Que haces aquí? — pregunto la chica sonriéndole, y al girar su mirada hacia el Mago exclamo —. ¡AY YO QUIERO!

El Mago le ofreció su brazo y ambos se dirigieron a comprar una barquilla para la chica.

  • ¿Entonces no me dirás que haces aquí? — pregunto la chica.
  • Lo mismo que tu... Saboreo algo dulce, delicioso y frio — respondió el Mago.
  • Tu aquí... Eso es bastante extraño... No se, hay algo que no me cuadra — dijo la chica.
  • Oye... Yo solo paseo, en serio — dijo el Mago mientras le sonreía.
  • Ujum... Ujum... Supongamos que te creo — dijo la chica mirándole de manera incrédula.
  • Tierna Fabiana, solo estoy aquí de paseo, hablo en serio — dijo el Mago mientras le miraba y sonreía.
  • ¡FABIANA! — grito la hermana de la chica desde lejos.
  • Mira, viene Fabiola — le dijo el Mago a la chica —. Nos vemos luego Fabiana Alejandra.

Luego de haber mantenido una breve conversación con Fabiana Sergio, el Mago bajo nuevamente a la entrada de el centro comercial Regina, ya era el momento de encontrarse con el Emisario, El Mago le miro de lejos, estaba acompañado por una chica, sin dudarlo dos veces el Mago se acerco a el y le abrazo colgando su brazo alrededor del cuello de este.

  • Ven, debemos hablar sobre algo importante — le dijo el Mago a el Emisario en voz baja.
  • Dame un momento ya va, ¿pero que paso? — pregunto el Emisario.
  • Solo ven, en serio es importante — dijo el Mago en respuesta.
  • Esta bien... Vamos pues — dijo el Emisario.

El Mago y el Emisario caminaron hasta el fondo de el centro comercial Regina, el Mago iba adelante, buscando un lugar seguro para revelar su identidad, mientras subían las escaleras el desespero de el Emisario por tener conocimiento sobre aquello que el Mago le diría, gano.

  • ¿Que es eso de lo que quieres hablar? — pregunto el Emisario.
  • Emisario... — dijo el Mago, sonriendo.
  • ¿Cuantas veces quieres que te diga que yo no soy el Emis... — decía el Emisario.
  • SOLO QUIERO HABLAR DE NUESTRA ALIANZA — dijo el Mago en tono alto e interrumpiendo a el Emisario.

El Emisario pareció sorprenderse de momento, se quedo perplejo, viendo a el Mago, estaba realmente atónito y anonadado por lo noticia que le estaban dando, no podía creer que este era el Mago.
Tras un par de segundos, el Emisario sonrió, frunció el ceño y ladeo su cabeza varias veces.

  • Yo sabia que tu estabas ahí.. Yo sabia... — dijo el Emisario sin poder contener su risa.
  • Yo también sabia que tu estabas ahí — dijo el Mago, riendo.
  • ¿En serio eres hacker? — pregunto el Emisario.
  • Esa es una pregunta que no se responde... Sino que se demuestra — dijo el Mago en respuesta —. Ven, charlemos un rato Emisario.

El Mago y el Emisario se sentaron en las escaleras a hablar, a el Emisario ya parecía no sorprenderle el conocer la identidad de el Mago.

  • Entonces... ¿Que? — pregunto el Emisario.
  • ¿Hay algo que quieras saber? ¿Tienes alguna duda con respecto a la Orden? — pregunto en respuesta el Mago.
  • Cuéntame todo, no seas así... — respondió el Emisario —. Quiero saber si mis sospechas son ciertas... Una si, aunque te juro que no pensé que tu fueses el Mago... Si te soy sincero pensaba que eras Christian Totesaut.
  • De acuerdo... Te contare lo que pueda y pues... Ves que no soy el jajajaja... — dijo el Mago, riendo —. No hay una Reina, es un Rey, el chico esta muy bien metido en el papel... Ya sabes, eso de “las mujeres mandan”, mola y es cierto, las mujeres son autenticas lideres para todo.
  • Interesante... Muy inteligente... Un hombre que aparenta ser mujer... Eso elimina toda sospecha... La verdad no pensaba que fuera así... O sea, todos piensan que es una Reina pero... Es un hombre... Con razón — dijo el Emisario, sorprendido al saber eso —. Es que nadie tiene una mente como la de la Reina... Nadie... Ninguna chama si te pones a ver... Pudo ser cualquiera pero no... Ahora sabiendo que es un hombre pues esta muy difícil.
  • Nunca juzgues a un libro por su portada... Nunca... — dijo el Mago, tratando de contener la risa —. Tampoco hay una Dulce Princesa, es un Dulce Príncipe.
  • ¿DE PANA? — pregunto en tono alto el Emisario —. O es homosexual o es un gran actor... Porque el papel de mujer le queda... You...
  • Sep — dijo el Mago, reteniendo con fuerza la risa entre sus dientes —. Tampoco hay un Caballero... Es una Caballera.
  • ¡LLAVE! — exclamo el Emisario casi a gritos —. Cuando Oriana sepa eso se va a picar feo, se va a picar... Se va a picar...
  • Eso lo se y créeme que va a ser muy gracioso... — dijo el Mago —. ¿Sabes la Bruja? Pues en realidad es un Brujo.
  • ¿Es en serio? — pregunto el Emisario —. ¿O sea que todos somos hombres? ¿Aquí hay puros tipos?
  • No... Jajajajajajajaja — respondió el Mago, liberando ademas su risa —. Era broma, por supuesto que hay una Reina, también hay un Caballero y una Dulce Princesa.
  • Maldito... Yo me lo creí — dijo el Emisario —. ¿Y que hay de la Bruja?
  • Pues... No existe una Bruja, en eso no te mentí, es un Brujo — respondió el Mago.
  • ¿Y la Reina es farándula vieja, cierto? — pregunto el Emisario.
  • En efecto, lo es... A ella si hay que tenerle miedo, ella sabe muchas cosas, demasiadas en realidad... — respondió el Mago —. Pero creo que ella disfruta mas el hacer que sufran por saber lo que ella sabe, que el hacer que sufran sabiendo lo que sabe.
  • ¿El Verdugo? — pregunto el Emisario.
  • Tu ya sabes quien es el... ¿O no? — pregunto el Mago.
  • Si... Lo se — respondió el Emisario.
  • ¿Estarás hasta el final? — pregunto el Mago.
  • Claro... Estaré hasta el final — respondió el Emisario.
  • De acuerdo Emisario... Volvamos, abajo nos esperan — dijo el Mago.

El Mago y el Emisario bajaron de nuevo a la entrada de el centro comercial Regina, al llegar ambos se separaron y cada uno regreso a sus grupos, el Emisario miro a el Mago de lejos y le asintió con la cabeza en manera de saludo, el Mago hizo lo mismo, ambos reían infantilmente pues ambos estuvieron involucrados en un escándalo y ahora estaban juntos en lo que podía ser el mayor escándalo en la historia de la farándula portocruzeña.

10-07-2014
08:57 PM

Ya era hora de irse, a el Mago nunca le gusto estar en el centro comercial Regina, solo fue a reunirse con el Emisario y a revelarle su identidad. El Mago emprendió su camino a casa, sin embargo le llamo la atención el ver a un chico secretear con una chica algo sobre farándula por la calle, el Mago se acerco lo mas que pudo a ellos para escuchar lo que hablaban...

  • Guao... ¿De verdad? — preguntaba la chica.
  • Si... Te lo juro, soy yo pues, todos deberían temerme — respondió el chico.
  • Vaya... En serio estoy sorprendida... ¿Tu eres hacker? — preguntaba la chica, muy sorprendida.
  • Claro... A mi me enseño a hackear el líder de Anonymous Venezuela, pero tu sabes... Esto es un secreto — dijo el chico en respuesta.
  • ¿Y que hay de los demás? — pregunto la chica.
  • Pfss... Ellos me obedecen, yo soy el hacker, yo mando, para mi todos estos faranduleros de shit no son mas que basura, escoria y puros, locos... JAJA — dijo el chico en respuesta.
  • Guao... En serio estoy sorprendida... Tu eres el Mago, con razón eres tan guao... Gracias por revelarme tu secreto, te amo— dijo la chica.
  • Yo también te amo, y porque te amo es que te digo quien soy, o sea... No me interesa ser farandulero, shia, yo soy quien manda aquí, o sea yo soy el original, el mas poderoso — dijo el chico.
  • Tu secreto esta a salvo conmigo, en serio, lo prometo por la garrita — dijo la chica ofreciéndole ademas su meñique.
  • Por la garrita mi bebe, promesa es promesa — dijo el chico entrelazando ademas su meñique con el de la chica.

El Mago miraba desde lejos como el chico le mentía a la chica confesándole ser el Mago, eso le encendió, despertó la ira que dormía en su interior, el Mago estaba realmente enojado, pero no quería arruinar ese momento que era de ellos, pues la chica no era la culpable de ello, el chico abrazaba a la chica apretándola fuertemente y la chica a el, solo cuando oyó a la chica llamar al chico por su nombre el Mago se fue.

18-07-2014
09:35 AM

  • Eres impredecible Mago — decía la voz de el Caballero.
  • Te equivocas... — dijo el Mago —. Soy predecible, el saber como actuó te hace a la vez saber como pienso... ¿O no?
  • Eso es verdad... — dijo el Caballero — . Pero ambos sabemos que era cuestión de tiempo eso de revelarte ante el Emisario... ¿O no?
  • No me revele, forjamos una alianza, que es diferente — dijo el Mago.
  • Jajajajajaja... — rio el Caballero, ladeando su cabeza una y otra vez — . ¿Sabes? Ese escándalo en el que ambos estuvieron involucrados... Jajajajajaja... En fin, esta bien... Yo ya estoy un poco añejado en esto, así que bueno... Si confías en el, de verdad, pues adelante amigo... ¿Pero de verdad estas
    seguro que el no nos va a traicionar, al igual que el Bufón?
  • Demasiado seguro diría yo, es buen chico, no como el otro— respondió el Mago.
  • ¿Sabes una cosa Mago? — pregunto el Caballero.
  • ¿Que cosa? — pregunto el Mago
  • En serio preferiría que te mantuvieras alejado de todo esto — respondió el Caballero —. Nada de esto es para ti mi amigo, en serio que no.
  • No tienes porque preocuparte Caballero... ¿Desde hace cuanto tiempo nos conocemos? — pregunto el Mago.
  • Mucho... Oye, en serio esto es un desastre colega... Realmente estoy agradecido contigo y la Reina, por haberme permitido ser parte de esto... Eres como un hermano para mi — respondió el Caballero.
  • El estar aquí te lo ganaste tu, por ser tu, amigo... No tienes nada que agradecer, eso tenlo por seguro — dijo el Mago en respuesta.
  • Te quiero hermano — dijo el Caballero, esbozando una sonrisa y rodeando el cuello de el Mago con un brazo —. Ya era hora de que llegaran, ¿no?
  • Pues si, ya era hora — respondió el Mago, mientras veía a la Reina y a la Dulce Princesa entrar en la sala del cine.
  • Holaaaaaaaaaaaaa — saludo la Dulce Princesa con su voz tierna y sonora.
  • ¿Que hay? — saludo la Reina levantando bruscamente su cabeza.
  • Ya era hora su majestad — dijo el Caballero —. Princesa, usted es bella oyó.
  • No seas necio Caballero, me sonrojo — dijo la Dulce Princesa mientras se tapaba la cara y sonreía.
  • Esta princesa es un caso serio — dijo la Reina mientras soltaba una carcajada —. JAJAJAJAJAJAJA.

Todos rieron hasta que les mandaron a hacer silencio, los cuatro miembros de la Orden disfrutaron de la película mientras charlaban, olvidándose por completo de los asuntos de la Orden, sino siendo ellos y solo ellos.

19-08-2014
07:37 PM

El Mago esperaba paciente, parado en la entrada de el parque mecánico de Plaza Mayor, tal vez esperaba a alguien importante pues aunque tenia casi media hora esperando se mostraba paciente. El Mago miro a una chica y a un chico caminar con rumbo a lo que parecía ser el lugar mas abandonado de toda Plaza Mayor, sonrió y camino hacia ellos sigiloso para que no se dieran cuenta de su presencia, la pareja se detuvo justo al final de el camino y el Mago, quien llevaba puesto un suéter, bajo con cuidado el cierre de este, de el saco su máscara y se la puso de golpe. La pareja se giro hacia a el y le miraron directo a los orificios de los ojos, el Mago les miraba a ambos, nadie dijo nada durante 5 minutos hasta que la chica hablo.

  • ¿Tu eres el Mago? — pregunto en tono serio.
  • En efecto, yo soy el Mago — respondió el Mago.
  • ¿En serio esto es tan serio como dices? — pregunto el chico.
  • Por supuesto que si, ademas, después de esto créanme que todos seremos recordados... ¿No querían eso? — pregunto el Mago.

El chico y la chica se giraron hacia ellos mismos y se miraron, se sonrieron el uno a el otro y asintieron con la cabeza.

  • ¿Cual sera nuestra prueba señor Mago? — pregunto la chica.
  • Tu voluntad ya esta probada, bienvenida a la Orden señorita Peregrina — respondió el Mago, haciéndole ademas un gesto cordial a la chica con las manos —. A ti, es a quien debo probar Arlequín.
  • Muchas gracias señor Mago... Entonces me retiro — dijo la Peregrina —. Buena suerte Arlequín.
  • Gracias Peregrina — dijo el Arlequín, agradeciéndole a la Peregrina.
  • ¿Trajo lo que le pedí señor Arlequín? — pregunto el Mago.
  • En efecto señor Mago... — respondió el Arlequín —. Señor Mago tengo miedo... ¿Que haré?
  • Eso lo se — dijo el Mago —. Aun no sabemos que haras en la Orden... Pero mientras tanto...
  • Aquí la tengo señor Mago — dijo el Arlequín, mostrándole a el Mago una mascara de ópera que llevaba en su mochila —. Usted dígame... ¿Que tengo que hacer?
  • En un tiempo indefinido una chica y un chico vendrán hasta aquí, se supone que son mejores amigos, pero les he estudiado y se que vienen a comerse a besos en este lugar... — dijo el Mago, en respuesta —. A espaldas de sus parejas, por supuesto.
  • Vaya... — dejo escapar de su boca el Arlequín, mientras levantaba las cejas —. ¿Entonces... Que debo hacer?
  • Vas a estar enmascarado, usaras esto para dormir a la chica cuando yo aparezca — respondió el Mago mientras le arrojaba a el Arlequín un pañuelo húmedo —. Asegurate de que lo respire muy bien, ¿de acuerdo?
  • ¿Que es esto señor Mago? — pregunto el Arlequín.
  • Quieres estar en la Orden, ¿si o no? Esta es tu prueba Arlequín, y créeme que es bastante sencilla — respondió el Mago.
  • Esta bien señor Mago... Si quiero estar en la Orden... Y si esta es mi prueba pues se que lo haré bien... — dijo el Arlequín en respuesta.

El Mago se retiro, dejando a el Arlequín solo en ese lugar, quien tras colocarse la máscara en su rostro se oculto debajo de una banca.

19-08-2014
10:49 PM

La pareja de la cual el Mago le había hablado a el Arlequín se acercaba lentamente a la banca mientras el Arlequín les esperaba desde su escondite. Antes de que se sentaran el Arlequín rodo hacia atrás de la Banca y se oculto detrás de esta, esperando solo a que la pareja se sentara. La chica fue la primera en sentarse, mientras el chico yacía de pie sujetándola de manos.

  • ¡HOLA, MAGO! — se oyó un grito desde unas escaleras cercanas.

La chica y el chico se giraron hacia estas y vieron a el Mago bajar de ellas, con un suéter negro puesto y su máscara de Guy Fawkes cubriendo su rostro.

  • ¿Quien eres? — pregunto el chico.
  • ¿Tu eres el Mago, no? — pregunto el Mago tras haberse acercado un poco.
  • El Mago... ¿Yo? — dijo el chico algo dubitativo.
  • Oí que tu eres el Mago de farándula por la calle, o debo decir “Farándulaplc” — dijo el Mago en tono serio.
  • Pe... Pe... Pe... Pero... Yo... No... Yo no... — decía el chico con su tez pálida y tartamudeando del miedo.
  • Los miembros de la Orden somos marionetas de la Reina... Y tu no eres una marioneta mi niño... ¿O si lo eres? — pregunto el Mago, usando su típica voz fría y profunda.
  • Sam... Saman... Samantha... Vam... — decía el chico —. Pero... ¿QUE LE HICISTE A MI CHICA?

El chico grito sin dudarlo dos veces cuando vio a la chica desmayada y a el Arlequín sujetándola en sus brazos.

  • Olvidate de ellos, tu pelea es conmigo Mago ficticio — dijo el Mago.
  • ¡Te voy a matar! — exclamo el chico.

El muchacho trato de atacar a el Arlequín, pero el Mago arrojo con fuerza su cachiporra y golpeo a el chico en la cabeza. El golpe le derribo y le hizo sangrar mucho, el chico yacía en el suelo con la cabeza rota, derramando mucha sangre.

  • Alla afuera Arlequín, hay una van, dirígete a ella pero ya y tráeme el bolso que esta en el asiento del copiloto — le dijo el Mago al Arlequín.
  • ¿Que hago con ella? — pregunto el Arlequín.
  • Déjala reposar en la banca y ve por el bolso — respondió el Mago mientras le arrojaba luego las llaves de la van a el Arlequín.

El Mago cargo a el chico y lo arrojo con fuerza sobre otra banca cercana. El chico dio muestras de dolor en su rostro y trato de levantarse, pero el Mago levanto con fuerza su pierna y le pateo el pecho para hacerle caer nuevamente sobre la banca.

  • ¿Que... Que... Vas... Que vas a... Que vas... Que vas a hacerme? — pregunto el chico forzando su habla.
  • Yo le dije señor, que los miembros de la Orden somos marionetas... Y usted aun no es una marioneta — respondió el Mago.
  • ¿Que.. Quieres... Decir... Con... Eso? — pregunto el chico esforzándose aun mas por hablar.
  • Simple, muy simple y sencillo señor Marioneta... Usted sera convertida en una, así de simple — respondió el Mago.
  • Estas... Estas... Tu estas... Estas demente — dijo el chico casi a punto de perder el conocimiento debido a la hemorragia en su cabeza.
  • JAJAJAJAJAJAJA... — rio el Mago —. Señor marioneta, la demencia es solo un paso a la grandeza.

El Arlequín se poso al lado de el Mago y le entrego su bolso color militar. El Mago le pidió a el Arlequín que se encargara de la chica y que pase lo que pase no se girara hasta que el se lo pidiera. El Mago le inyecto un sedante al chico, luego ato las piernas y el cuello de este con una soga haciendo un nudo que pasaba por debajo de la banca. Luego de eso introdujo mucho algodón en la boca de el chico y la sello con grapas. También sello la herida en la cabeza del chico con grapas para detener la hemorragia. El Mago coloco un par de tablas en forma de cruz en las palmas de las manos de este y las clavo cuidadosamente, el chico aun no despertaba, probablemente el Mago le había inyectado suficiente sedante tanto como para sedar a un elefante... Como a varios. Luego, hizo pasar varias cantidades de nailon por entre las pequeñas tablas. Acto seguido, el Mago se dedico a maquillar al chico, le pinto la cara y las manos de blanco, uso también lápiz labial en la boca y en la nariz de este... El chico despertó, no se podía mover y el Mago usaba las tablas que había clavado en las palmas de el chico para manipularle cual juguete.

  • Disfruta Arlequín, del espectáculo de el Mago-Titiritero JAJAJAJAJAJAJA — dijo el Mago, dejando escapar ademas una risa enfermiza.

El Arlequín se giro, y al ver el espectáculo dejo escapar también su risa enfermiza sin decir una palabra. Se notaba en la cara de el chico todo el desespero que sentía por querer liberarse, dejaba escapar lágrimas y trataba de luchar con el Mago, pero tratar de mover las manos en contra de la voluntad del Mago le provocaba un intenso dolor en ellas, tratar de girar su cabeza le hacia sentir que sus piernas se romperían en varios pedazos y al tratar de mover las piernas sentía que su cabeza saldría desprendida de su cuerpo.

  • ¡ALTO AHI! — grito un policía al ver tan violenta escena.

Eran dos policías, uno de ellos había desenfundado su arma y apuntaba a el Mago directamente.

  • ¡ARLEQUIN, TOMA! — grito el Mago y le arrojo su teléfono a el Arlequín —. Llama a la Reina, ella sabrá que hacer... Pero por ahora vete a un lugar seguro.

El Arlequín no dijo nada, trato de correr pero se arrojo al suelo cuando uno de los policías acciono su arma al aire, el Mago arrojo una de sus bombas improvisadas hacia ellos con la intención de sedarlos, pero los policías retrocedieron y trataron de interceptar a el Arlequín por el otro lado. Fue el Mago quien les hizo frente arrojándose encima de ellos y permitiéndole a el Arlequín escapar.

20-08-2014
12:09 AM

  • Espero que ese amiguito tuyo traiga el dinero que ofreció... Porque sino... — amenazaba uno de los policías —. ¡YO TE MATO MALDITO TERRORISTA!

El policía golpeo al Mago en el rostro, quien yacía arrodillado en el interior de un vehículo de policía, descalzo, sin camisa y con su máscara a un lado hecha pedazos y en todo su cuerpo múltiples moretones.

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